La Navidad para los
que tenemos familia, es la fiesta más bella del año, donde se conjuga la
amistad, la unión, la alegría de vivir, es por eso que me permito compartir con
ustedes esta inquietud fácil de cumplir, y hagamos felices a algún
niño de nuestro barrio, del sector donde vivimos… creo que no es nada difícil
apelando a su espíritu cristiano a donar un vaso de leche o un juguete a unos
de estos niños pobres.
Si usted amigo
lector ha visto este cotidiano drama de estos pobres niños, reitero, haga algo
por ellos, y este 24 de diciembre ofrézcale anónimamente su apoyo y cariño, como
si fuera uno de los suyos.
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