viernes, 8 de noviembre de 2013

PACTOS ENTRE PADRES E HIJOS


Es muy importante en la relación entre padres e hijos llegar a pactos. El pacto hay que entenderlo como un acuerdo entre las dos partes y realmente no es difícil llegar a pactar y enseñarles a los niños pactar. En definitiva se pretende que el niño aprenda a responsabilizarse de una obligación y asumir una tarea por algo que acuerda previamente con su papá o mamá. Deben aprender desde muy pequeños que existe una finalidad en todo lo que hacemos. Hay veces que les dejamos plena libertad para que hagan lo que quieran sin ningún objetivo definido (siempre viene bien y es necesario que tengan tiempo libre para jugar), y otras deben ser conscientes de que hacen algunas actividades porque han llegado a acuerdos previos y responsables con los mayores. 

Veamos algunos consejos sencillos de llevar a cabo: 

▪ Espere recibir del niño algo que usted necesite realmente, o que le sería de gran ayuda, y no aquello que a su hijo le guste hacer o cumplir de todos modos. 

▪ Evite los pactos a posteriori: “Ayer te llevé a casa de tu amiga, ahora deberías hacer algo por mí”. Esto hace que el niño se sienta culpable; no es un buen trato. 

▪ Obligue al niño a cumplir su parte del trato pronto y rápidamente. Los acuerdos contractuales a largo plazo se olvidan o se modifican. Los niños creerán que se han librado de cumplir su parte del trato y los padres tendrán la impresión de haber sido estafados. 

▪ Cuando el niño hace algo por el padre sin intentar llegar a un trato (a veces ocurre), hay que devolver el favor cuanto antes. 

▪ Hay que recordar a los niños los pactos a los que se han comprometido sin castigarles por no haber cumplido su parte. La consecuencia será la negativa del padre a hacer otro pacto en un breve espacio de tiempo. Limite su buena disposición a hacer favores a un niño que no los devuelve.

EL INTERNET PARA LOS NIÑOS

El buen uso de Internet para los niños

Internet para los niñosSi hay un sector de la población donde más ha influido el advenimiento de las nuevas tecnologías, lo constituyen los niños y los adolescentes, ellos no se imaginan la vida sin el móvil, y utilizan el Messenger diariamente para chatear con los amigos o ligotear entre ellos. Estas actividades se han hecho SIEMPRE, sólo hay que recordar nuestros años más mozos, lo que ocurre es que las nuevas tecnologías han cambiado el contexto y ahora resulta mucho más fácil comunicarse con los demás. Pero al facilitarse la comunicación, también es mucho más factible recibir ataques a la intimidad, y en el caso de los niños, Internet se ha mostrado, por desgracia, como uno de los instrumentos favorito de los pederastas y los malvados.

¿Qué hacer con Internet?

Los consejos para el buen uso de Internet por parte de los niños, afortunadamente son pocos y muy sencillos. El primero de todos ellos puede parecer obvio, pero resulta fundamental: los padres deben comunicarse con sus hijos. Este “truco” funciona no sólo por los problemas generados por el uso de la Red, sino en todos los demás conceptos de la vida. No es normal que los padres para entretener a los niños les dejen delante de la televisión, la consola o el ordenador para que puedan navegar a su gusto. Estas actividades son buenas y necesarias para el crecimiento y el desarrollo de la persona, de ahí la importancia de los juegos educativos, pero no deben constituir el cien por cien del tiempo de ocio de los niños. Hablar con los hijos, darles una confianza, que se sientan protagonistas del funcionamiento de la casa y la vida familiar sin fundamentalismos de ninguna clase, imposiciones absurdas y saber hacerse respetar sin el uso de la violencia son normas para que la vida familiar funcione sin problemas. Así, los niños no tendrán que “buscar” la falta de cariño o de atención en Internet por parte de otros niños con sus mismos problemas o de desaprensivos sin escrúpulos.

Desde un punto de vista “técnico” el mejor consejo que se puede dar es no permitir que un ordenador con conexión a Internet se situé en los dormitorios de los niños. Ellos pensarán que es totalmente “suyo” y abrirán su espacio íntimo a desconocidos con todos los peligros que esto puede conllevar. Lo mejor en el caso de tener niños y preadolescentes en casa es que el ordenador “familiar” se sitúe en el salón o en cualquier habitación con una vigilancia continua por parte de los adultos.Ocurre que muchas veces los niños se quedan solos en casa. En ese caso, lo mejor es crear contraseñas de acceso a Internet, perfiles de uso para ellos donde no puedan acceder a la Red, o programas tipo “cibernanny” que vigilan la navegación y no permiten la entrada a determinadas páginas o aplicaciones como Messenger o los salones de Chat. Y por último, y si se sospecha de un uso indebido del ordenador, es de vez en cuando, realiza una exploración en el ordenador en busca de imágenes inapropiadas o vídeos bajados mediante P2P o descargados a través del Messenger. Una buena idea es grabar las conversaciones en los programas de mensajería para averiguar que escriben nuestros hijos en sus conversaciones y con quien están contactando.

SER MEJORES PADRES


Ser mejores padresHoy en día es muy difícil ser padre/madre, sobre todo un buen padre/madre. 
Con el aumento de los cambios sociales y avances tecnológicos que vivimos, las nuevas forma de vida, las aspiraciones personales que nos planteamos, así como las familias en las que el padre y la madre trabajan fuera de casa, el tiempo que queda para los hijos es muy escaso. Sin embargo, independientemente del ritmo de trabajo o de la situación vital de cada miembro de la familia, es posible ser mejor padre de lo que se es. 

Siempre hay tiempo para mejorar. Se puede ser mejor padre, aunque no sea sencillo conseguirlo, siguiendo unos pocos principios que hay que poner en práctica a diario. 

Se los proponemos a continuación: 

Principios a tener en cuenta:
• Principio 1: No se empeñe en luchas de poder, en enfrentamientos de los que es probable que nadie salga victorioso. 
• Principio 2: Diga cosas agradables a sus hijos de vez en cuando, sobre todo si no se lo esperan. 
• Principio 3: Es importante ser raro. Acepte usted ser raro. No deje que los hijos piensen que son más raros que sus padres. 
• Principio 4: No haga cosas por sus hijos que ellos sean capaces de hacer por sí mismos, a menos que esté seguro de que le devolverán el favor. 
• Principio 5: Hay que tener una autoestima alta. Si los padres no la tienen, sus hijos tampoco. 
• Principio 6: Aprenda a pedir disculpas cuando no cumpla sus propias cosas de exigencia al tratar a sus hijos.

LA TELEVISIÓN EN LA EDUCACIÓN INFANTIL

Uno de los principales obstáculos en el hogar para que éste sea un ambiente propicio para el estudio, la lectura y el desarrollo intelectual es la televisión. Ésta, vista con exceso y sin control, crea dependencia (teleadicción), y fatiga mental en todas las personas, aunque más en los niños. Si se convierte en el único recurso para llenar el tiempo libre, dificulta la comunicación e impide que se consigan hábitos como el leer, escribir, conversar y jugar, y que se disfrute de otras aficiones y hobbis.

Así, la televisión puede ser un gran obstáculo para los estudios y puede ser reponsable de un factor importante del fracaso escolar ya que quita tiempo para el estudio y genera situaciones de pasividad, abandono y conformismo, lo que contrasta con las actitudes básicas para el estudio: acción, decisión, esfuerzo, constancia y sacrificio. Tengan en cuenta que para los niños es muy difícil empezar a estudiar después de dos o más horas de televisión, pues supone pasar de una situación muy cómoda (pasividad, poco esfuerzo, diversión y no pensar) a otra que requiere acción, esfuerzo para comprender, recordar, relacionar, expresar, etc., y, no olvidemos, también algo de aburrimiento para algunos niños.No obstante, la importancia recae en saber dónde están los límites de uso y entender que es un medio de comunicación con gran poder de sugestión sobre el individuo, y que los niños no son capaces aún de discernir sobre su utilidad adecuada, más bien se dejarán llevar por lo que tiene de atractiva y adicctiva.

Son ustedes los padres los que deben prestar la ayuda a sus hijos, con sus criterios claros sobre este medio, para que la utilcen adecuadamente y no les interfiera gravemente en su proceso de estudiante. En ustedes recae la responsabilidad de limitar el tiempo que sus hijos dedican a ver la televisión y de seleccionar los programas que ven, al mismo tiempo que consiguen de sus hijos que entiendan e interioricen lo importante que es para ellos esta postura. Háganles comprender que no es un “capricho” ni imposición de ustedes, sino una medida más de las que les conviene para sus vidas.

RECUERDE
• Estos principios familiares sobre el uso de la televisión requiere y exige el buen ejemplo por parte de los padres en cuanto a moderación en su consumo y el ejemplo del buen empleo del tiempo libre, con propuestas alternativas.

Tenga en cuenta
• La televisión presenta el material de forma fundamentalmente opuesta a como lo hace la escuela –visual en lugar de verbal– y fomenta tiempos de atención muy cortos, con lo que luego se aburrirá en clase (se necesita tiempos de atención largos). Como consecuencia afectará a la atención y concentración, produciendo “mentes dispersas”. 

• La televisión fomenta períodos de atención muy cortos, la Escuela y el estudio requieren períodos de atención largos.

Así mismo, se constata lo negativo que puede resultar el que los niños y jóvenes que tengan en su habitación su própia televisión por los problemas de aislamiento familiar que puede generar y distracción de sus responsabilidades con el estudio.

Finalmente, ver programas violentos en la televisión no sólo abre el apetito para el mismo tipo de estimulación: parece que también estimula la agresión en algunos niños y decrece la angustia que se presenta al observar el sufrimiento real.

CAUSAS DE LA OBESIDAD INFANTIL


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Los dos hábitos relacionados de forma directa con la obesidad son los alimenticios y los de ejercicio físico. Si una persona tiene adquiridos estos hábitos de forma saludable, sus probabilidades de padecer obesidad o sobrepeso disminuyen radicalmente, sobre todo en la infancia. Adquirir y consolidar unos buenos hábitos alimenticios y de ejercicio físico es fundamental para favorecer un crecimiento adecuado, disminuir los factores de riesgo para sufrir enfermedades en la edad adulta, mejorar la calidad de vida y mantener una buena imagen corporal.

Hábitos alimenticios saludables Para adquirir unos hábitos de alimentación saludables los expertos recomiendan principalmente: 

• Llevar una alimentación equilibrada y variada.
• Realizar 5 comidas al día.
• No picar entre horas.
• Tener un horario fijo para las comidas.
• Desayunar abundante y equilibradamente, combinando lácteos, cereales y fruta.
• Evitar o limitar el consumo de alimentos no saludables.
• Intentar comer en familia y con sosiego.
• No ver la televisión mientras se come.

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En la tabla siguiente se muestran los datos relacionados con la frecuencia de consumo de los distintos tipos de alimentos.

Los datos muestran que algunas familias con hijos tienen algunos hábitos alimenticios adquiridos de manera saludable, ya que tienen horarios fijos para comer, realizan mayoritariamente 5 comidas al día y consumen con la frecuencia adecuada carne, pasta, arroz, lácteos y huevos. No obstante, han de mejorar en algunos aspectos, ya que hay alimentos saludables muy comunes que bastantes niños no han probado nunca, a veces ven la televisión mientras comen, no desayunan adecuadamente y no tienen una alimentación variada y equilibrada. Deberían consumir más frecuentemente legumbres, fruta, verdura y pescado y con menor frecuencia golosinas.

EJERCICIO FÍSICO PARA LOS NIÑOS



Hábitos saludables relacionados con el ejercicio físico Los expertos recomiendan para favorecer la adquisición de hábitos saludables en la infancia relacionados con el ejercicio físico: 

• Practicar algún deporte fuera del horario escolar, al menos un par de veces a la semana. 
• Realizar algún tipo de ejercicio en familia: caminar, ir en bicicleta, etc.
• Controlar el tiempo dedicado a ver la TV o a jugar con video juegos u otros juegos que favorezcan el sedentarismo. 
• Acostumbrarse a realizar actividades de ocio que impliquen actividad física (jugar a los bolos, bailar…). 
• Motivarles a caminar, por ejemplo responsabilizándoles de pasear a una mascota, o a ir caminando a lugares relativamente cercanos (colegio, etc.).
• Jugar en espacios exteriores casi a diario. 
• Involucrar a los niños en algunas tareas domésticas que impliquen ejercicio (limpieza, compra…).